A lo largo de las décadas, el número 11 ha adornado las camisetas de muchos de los jugadores más influyentes y talentosos de la NBA. Hoy sinónimo de leyenda y éxito, el número representa mucho más que una simple designación en la cancha; simboliza la excelencia y la perseverancia.
Este artículo se centra en los jugadores excepcionales que han brillado con el dorsal número 11 en la NBA, una selección de talentos legendarios que han dejado su huella en la historia del baloncesto.
1. Isiah Thomas
Isiah Thomas, que luce con orgullo el número 11 en su camiseta, es una leyenda de la NBA. Como director de juego de los Detroit Pistons, ha revolucionado la posición. Su palmarés es impresionante. Dos veces campeón de la NBA, también fue nombrado MVP de las Finales. Su juego se caracteriza por la agresividad y la inteligencia táctica.
Thomas también brilla por su capacidad para anotar puntos y repartir asistencias. Ha sido seleccionado doce veces para el Partido de las Estrellas, prueba de su influencia en la cancha. Su rivalidad con los Chicago Bulls y Michael Jordan ha pasado a la historia. Destaca su competitividad y espíritu de lucha.
Su carrera universitaria fue igual de notable. En la Universidad de Indiana, condujo a su equipo a un título nacional. Este temprano éxito presagió una deslumbrante carrera profesional.
Sus récords y actuaciones siguen siendo algunos de los momentos más destacados de la historia de la NBA. Su inclusión en el Salón de la Fama es un justo homenaje a su excepcional carrera.
2. Paul Arizin
Apodado «Pitchin’ Paul», este emblemático jugador dejó huella en los años 50 y 60. Con el número 11 en la camiseta, brilló con los Philadelphia Warriors. Su innovador estilo de juego incluía el tiro en suspensión, que dominaba a la perfección.
Fue elegido All-Star en diez ocasiones a lo largo de su carrera, lo que atestigua su impacto en el juego. Su capacidad de tiro le valió dos títulos de máximo anotador de la NBA. Su talento ofensivo era innegable y cambió la forma de jugar.
Arizin también desempeñó un papel clave en el campeonato ganado por los Warriors en 1956. Su actuación en las eliminatorias sigue siendo memorable. Demostró una capacidad excepcional para elevar su juego en los momentos clave.
Sirvió en los Marines durante la Guerra de Corea, lo que interrumpió su carrera en la NBA. Sin embargo, esta interrupción no mermó su influencia ni sus habilidades en la cancha a su regreso.
El compromiso de Paul Arizin va más allá del ámbito deportivo. Ha contribuido al desarrollo del baloncesto profesional y universitario. Su carrera ilustra perfectamente la evolución del juego y su adaptación a las nuevas técnicas.
Su número 11 no es sólo un número, sino un símbolo de su legado perdurable en la historia del baloncesto. El ingreso de Arizin en el Salón de la Fama del Baloncesto subraya su extraordinaria contribución a este deporte. Su técnica y su estilo de juego siguen inspirando a los jugadores.
3. Bob Davies
Apodado «El Houdini de Harrisburg», Bob Davies hizo historia en la NBA con su revolucionario juego. Miembro destacado de los Rochester Royals, brilló en las décadas de 1940 y 1950. Su dominio del regate por detrás de la espalda transformó el papel del base. Fue uno de los primeros en utilizar esta técnica con brillantez.
Davies también desempeñó un papel clave en el primer título de la NBA de los Royals en 1951. Su capacidad para anotar y crear ocasiones para sus compañeros era notable. Seleccionado cuatro veces para el Partido de las Estrellas, su talento es incuestionable.
4. Elvin Hayes
Elvin Hayes, apodado «The Big E», dominó la NBA durante su carrera. Con un talento excepcional como alero fuerte, jugó principalmente con los Washington Bullets y los Houston Rockets. Su impacto en el juego es innegable.
Hayes destaca por su increíble capacidad reboteadora y anotadora. Terminó su carrera con más de 27.000 puntos, lo que le convierte en uno de los mejores anotadores de la historia. Su juego defensivo era igual de impresionante, y a menudo se le citaba como uno de los mejores contraatacantes.
Llevó a los Bullets al título de la NBA en 1978, un merecido reconocimiento a su carrera. Hayes fue seleccionado doce veces para el Partido de las Estrellas, lo que da fe de su constante influencia en el juego.
Hayes también dejó huella en la universidad antes de brillar en la NBA. En la Universidad de Houston, disputó uno de los partidos más memorables de la historia del baloncesto universitario. Su inclusión en el Salón de la Fama del Baloncesto subraya su excepcional carrera y su impacto en el deporte.
5. Bob McAdoo
La extraordinaria carrera de Bob McAdoo le ha convertido en un icono de la NBA. Destacó desde el principio, ganando el premio MVP en 1975. Su capacidad anotadora es innegable. Lideró la liga en puntos por partido en varias ocasiones.
Su versatilidad sobre el terreno de juego es notable. McAdoo juega tanto de extremo como de central, una rareza. Esta adaptabilidad le permitió brillar en varios equipos, entre ellos Los Ángeles Lakers. Con ellos ganó dos títulos de campeón de la NBA.
Su estancia en Europa, sobre todo en Italia, enriqueció su experiencia. Allí se convirtió en una estrella, añadiendo una dimensión internacional a su carrera. Sus actuaciones en la NBA y en Europa reflejan su excepcional talento.
McAdoo es famoso por su eficacia en el tiro, especialmente desde media distancia. Esta habilidad le diferenció de sus contemporáneos y sucesores. Su ingreso en el Salón de la Fama del Baloncesto reconoce su contribución a este deporte.
6. Yao Ming
Yao Ming revolucionó la NBA nada más llegar. Su altura, 2,29 metros, le convierte en uno de los jugadores más imponentes del juego. Pero eso no es todo. Su técnica y su inteligencia de juego son igualmente impresionantes.
Elegido como primera opción en el draft de 2002 por los Houston Rockets, Yao causó un gran impacto. Rápidamente se convirtió en una estrella internacional, contribuyendo a popularizar la NBA en China. Sus duelos con Shaquille O’Neal son legendarios y ponen de relieve su talento.
A pesar de sus recurrentes lesiones, su impacto en la cancha sigue siendo innegable. Yao fue seleccionado ocho veces para el Partido de las Estrellas, prueba de su excelencia. Destacó tanto en ataque como en defensa, con sólidas actuaciones en el rebote y el contraataque.
Su carrera, aunque truncada por las lesiones, deja un legado duradero. Yao no es sólo un embajador del baloncesto en China, sino también un modelo de éxito. Su rápido ingreso en el Salón de la Fama es testimonio de su gran influencia en este deporte.
7. Arvydas Sabonis
Antes de llegar a la NBA, Arvydas Sabonis ya era un icono en Europa. Sus excepcionales habilidades le consagraron como uno de los mejores pivotes de su época. Su visión de juego y su capacidad de pase eran extraordinarias para su tamaño, y revolucionó la posición de pívot. En la NBA, jugó en los Portland Trail Blazers, donde no tardó en demostrar su talento único.
Su llegada tardía a la NBA no le impidió dejar su huella en la liga. Sus duelos contra los mejores jugadores de la liga se han convertido en legendarios. A pesar de las lesiones, Sabonis cuajó actuaciones notables, demostrando su resistencia y determinación.
Sus aportaciones van más allá de las estadísticas. Ha influido enormemente en la percepción y el uso de los jugadores europeos en la NBA. Su legado perdura a través de las generaciones de jugadores que le admiran y se inspiran en su juego.
La entrada de Sabonis en el Salón de la Fama del Baloncesto reconoce su excepcional carrera y su impacto en el baloncesto mundial.
8. Klay Thompson
Klay Thompson, actual estrella de los Golden State Warriors, es famoso por su capacidad de tiro. Junto con Stephen Curry, forma los «Splash Brothers», un formidable dúo de tres puntos. Su contribución no se limita a su tiro de élite; su defensa es igual de crucial para su equipo.
Desde su llegada a la NBA, Thompson ha desempeñado un papel clave en el éxito de los Warriors, contribuyendo a varios campeonatos. Sus actuaciones en las eliminatorias, sobre todo sus explosiones ofensivas en momentos críticos, son memorables.
Además de su talento sobre el terreno de juego, Thompson es apreciado por su actitud tranquila y su trabajo en equipo. Su capacidad para influir en el juego sin monopolizar necesariamente el balón inspira respeto y admiración.
Las lesiones le mantuvieron alejado de las pistas durante largos periodos, pero su exitosa reaparición es testimonio de su dedicación y pasión por el juego.
Thompson sigue escribiendo su leyenda en Golden State, haciendo historia en la NBA con su increíble precisión desde la larga distancia y su contribución a una de las dinastías más dominantes de la liga.